Vamos a tratar de primeras el amplio y relativo término como es la pobreza, con numerosas definiciones tantas como autores, podemos leer desde fenómeno multidimensional, por un organismo internacional, hasta según la RAE, cualidad de pobre, pasando por el más común y simple como la falta de ingresos suficientes. Partiendo de este término podemos ver como existen muchos programas sociales y de ayuda para mitigarla o reducirla pero todos llevan cosas en común. Un término difícil para el que la padece o a la que nos llevan poco a poco.
Podemos ver de qué forma, ya no se mira por el bienestar común y general y si se mira es de lado, sino que se mira porque los números salgan y con ello alcanzar los objetivos. Números que son beneficios, números que son presupuestos, números que son euros… Números que no cuentan con las vidas que hay detrás. Vidas que sirven para generar beneficios y engordar las cuentas de ingresos de diferentes entidades, eso si a costa de las arcas públicas, con impuestos cada vez más elevados. Pueblos y ciudades que buscan empadronar personas para aumentar el número de habitantes y así obtener una mayor financiación o incluso mantenerla dada la baja natalidad. Otro ejemplo son las entidades que buscan mantener el número de clientes para mantener sus niveles, y si no hay números nacionales pues se importan del exterior, la cuestión es que las cuentas salgan, les da igual las particularidades del número, la cuestión es que cuadren.
Números que juntos conforman datos y de los cuales se encarga la estadística, fenómeno tan moldeable como las variables que se elijan para estudiarla, enfocando y dirigiendo los resultados. Números que se utilizan para informar de tendencias y con ello justificar la implantación de determinadas políticas.
Son múltiples los ejemplos donde los números son el centro del proyecto o tipo de programa, desde colegios concertados que buscan mantener el número de alumnos matriculados para no perder condiciones, pasando por entidades sociales que buscan o importan problemas sociales para mantener su actividad hasta partidos políticos que buscan el número de votos al que adaptan su discurso, seguro que usted, como lector, si piensa un poco encuentra más ejemplos o aquellas épocas donde cada fin de semana se abría portada con el número de fallecidos en carretera, o el número de víctimas de violencia de género, incluso en plena pandemia con la números diarios, o incluso en la actualidad con el número de grados.
Los números a veces convertidos en euros y ayudas, esclavizan a las personas, son programas que encasillan y dificultan el desarrollo supeditado al cumplimiento del objetivo…, dejando en un segundo plano el bienestar de las personas, en definitiva para que los números cuadren hacia un beneficio dirigido. Sigan pensando en más ejemplos de números que es muy posible que haya más.
Fdo: Sergio C.L.